Haber si hablamos pronto, recuerdos a la familia.
D. Antonio... ¿Qué es de tu vida?.
He estado andando detrás tuyo a ver si te contaba el asunto personalmente pero no ha habido manera. Te he llamado al móvil y siempre lo llevas desconectado, te he pasado un e-mail y creo que tampoco lo has visto, etc. Así que al final lo hice sin poder pedirte el visto bueno.
Si, a ver si hablamos y me cuentas.
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En cuanto al tema de la comparación con el Safrane, vuelvo a repetir, este BMW es un coche muy distinto. Su carácter es muy opuesto y eso es bueno en algunos aspectos pero también se vuelve en su contra en otros. Es muy difícil tenerlo todo en esta vida.
Ráfagas tiene razón en lo que dice. Como coche familiar este BMW es malo o, por lo menos, bastante menos práctico y cómodo que el Safrane. Y es que eso es algo que se percibe desde el mismo momento en el que abres la puerta y piensas en acceder al interior, y no digamos si lo haces desde un bordillo. Lo mismo sucede al salirte de él. Vamos a ver, tampoco es que haya que ser un consumado contorsionista pero desde luego el Safrane es mucho mejor coche en estos apartados. Y más cuando uno ya se va metiendo en kilos y en años y ya no goza de la agilidad de antes
. Los asientos tampoco son comparables, los del Safrane eran amplios y muy cómodos y los de este 330 son más recogidos y duros, y con ésto volvemos a las mismas: Para unos momentos son mejores unos y para otros son mejores los otros.
El equipamiento de este BMW es bastante amplio diría yo. Sin embargo no goza de algunos detalles sumamente útiles que sí disponía mi Safrane. Por ejemplo el regulador de velocidad, el ajuste en altura de los cinturones, los asientos hinchables, asientos posteriores abatibles y alguna cosilla más. En cambio, gracias a la evolución tecnológica y la diferencia de edad ahora dispongo de control de estabilidad y tracción, un completo GPS integrado, pedir cosas con mi propia voz, etc. En cualquier caso, la mayoría de "pijaditas" que tiene mi BMW han sido pagadas como extras ya que de serie suelen venir bastante pobres en relación a otros modelos generalistas de la competencia, como por ejemplo un Renault Laguna.
En definitiva, he ganado muchísimo en prestaciones, en efectividad, en la comodidad que me otorga el cambio automático, en seguridad... Y he perdido en habitabilidad, practicidad, exclusividad, algún detalle de equipamiento, etc. Estoy encantado con el cambio y no daría marcha atrás ahora mismo, pero ya ha habido momentos en los que he echado de menos mi anterior coche, y los volverá a haber, es inevitable.